Una de las cuestiones, que levanta con más frecuencia la curiosidad entre los consumidores, es si nuestros vinos son Orgánicos (Biológicos) o Bio-Dinámicos. Los siguientes parágrafos nos darán una visión, no sólo en nuestro acercamiento hacia estos asuntos ecológicos, sino también nos llevarán a entender la rutina que seguimos en la bodega relacionada con nuestra propia política medioambiental.
Bodegas Castro Martin está localizada en la España “verde”, y la influencia del océano Atlántico confiere a Galicia un clima húmedo, de frecuentes lluvias. A pesar de todas las precauciones que tomamos, la variabilidad de nuestro clima obliga que de alguna manera tengamos que intervenir casi todos los años. Sin embargo, existe la posibilidad de producir vino de una manera “sostenible”, y en Bodegas Castro Martín es lo que intentamos hacer cada día.
La primera y más obvia de las preguntas es: ¿qué es exactamente un productor de vino “sostenible”? Probablemente, la explicación más simple y lógica se refiere a una serie de prácticas que no sólo “suenen” ecológicas, sino económicamente viables y socialmente responsables. La clave está en la definición de: “económicamente viable”, porque esto es lo que más o menos maraca la diferencia entre lo Biológico y lo Bio-Dinámico. Las clasificaciones de “Biológico” y “Bio-Dinámico” son bastante estrictas en sus regulaciones, mientras que “Sostenible” nos permite un margen de flexibilidad, de acuerdo a las necesidades del productor. En muchos casos, los productores “Sostenibles” emplean técnicas y materiales utilizados también por los productores “Biológicos” y “Bio-Dinámicos”: todos ellos comparten los mismos métodos de prevención y protección del medio ambiente, focalizado especialmente en el control y uso de pesticidas.
A manera de referencia hemos recopilado una lista de las prácticas que se llevan a cabo en nuestros viñedos con la intención de producir nuestros vinos lo más ecológicamente posible.
Como se puede observar, muchos de los procedimientos aplicados por nosotros son de carácter preventivo, en primer lugar, para evitar las enfermedades y, consecuentemente, minimizar la necesidad de aplicar tratamientos químicos:
– Sólo utilizamos humus de lombriz natural, especialmente en las operaciones de plantación de nuevas cepas.
– Manejo del suelo: no se utilizan herbicidas, sólo se emplean sistemas tradicionales de arado del suelo durante el invierno, cuando las cepas están en estado latente (hacerlo en verano, podría causar daños a las raíces que están en pleno funcionamiento).
– La capa natural de hierba entre las cepas es cortada por el tractor, beneficiándonos de esta manera del material orgánico que esto constituye, y que va quedando atrás. Durante el invierno dejamos que nuestros rebaños de ovejas se encarguen de mantener la hierba “cortada” debajo de las parras. Esta última práctica, no sólo ayuda a reducir la frecuencia de corte requerida, ahorrando combustible al tractor, sino que también provee al suelo de pequeñas cantidades de nutrientes naturales al suelo. Si fuese necesario el añadir algún suplemento de nutrientes se suele corregir con abonos naturales.
En cuanto a la prevención de las infecciones y enfermedades en los viñedos, se recurre a estrategias de tipo preventivo, como deshojado y poda en verde, para evitar la excesiva humedad debajo de las parras. Esto, por supuesto, permite una mejor circulación de aire y además reduce el ataque de los hongos. En los casos de que inevitablemente ocurra algún ataque recurriremos a tratamientos aprobados para una viticultura ecológica, como:
– Cobre en sus distintas combinaciones en casos de ataques de mildiu.
– Azufre en polvo o soluble para el control de la excoriosis y el oidio
– Control del ataque de Botrytis cinerea, mediante el control preventivo de los ataques de insectos y daños por pedrisco, que producen las heridas por dónde dicho hongo podría entrar y producir la podredumbre de la uva.
La recolección y la quema de las varas provenientes de la poda, reduce, a su vez, la propagación de las esporas de los hongos en los viñedos.
Las trampas de feromonas también las utilizamos para producir confusión sexual, y controlar la Polilla de la uva o Lobesia botrana. En caso de un ataque, lo tratamos con el Bacillus thuringiensis (tratamiento biológico).
La vendimia se realiza también de forma completamente manual y con sumo cuidado de manera que los racimos no se rompan y se produzcan oxidaciones prematuras e indeseables.
Los resultados obtenidos por Bodegas Castro Martin tras la aplicación de las buenas prácticas son algo difíciles de cuantificar, y aunque no dispongamos de una acreditación oficial, nos mantenemos extremadamente proactivos en varios frentes medioambientales.
De hecho, podríamos afirmar que somos bastante obsesivos en lo que a reciclaje se refiere, ya que disponemos de contenedores para reciclado ubicados en toda la bodega y para todo tipo de materiales: madera, cristal, metal, papel/cartón, plástico y materia orgánica.
La línea de embotellado es, probablemente, el gran generador de material de desperdicio: embalaje que protege los palets de botellas, así como el embalaje de los tapones, del cartonaje, de las cápsulas y de las etiquetas. Todos estos aprovisionamientos, necesarios para embotellar el vino, vienen cuidadosamente embalados (utilizando en su mayoría, cartón y plástico) y tras finalizar el embotellado, todo el material de desperdicio es llevado a un centro de reciclaje local.
Para intentar reducir lo más posible nuestra “huella de carbono”, hemos cambiado nuestro sistema de pedidos de aprovisionamientos (botellas, cartonaje, cápsulas, …) reduciendo el número de envíos, al mantener un stock mayor de los mismos en nuestro almacén; lo suficiente para realizar dos o tres embotellados, en vez de pedir cada vez que embotellamos.
Después de una larga búsqueda en el mercado, hace diez años conseguimos una nueva botella de cristal mucho más ligera. Además de ser exactamente igual en apariencia, la nueva botella es, de hecho, casi 100 gramos más ligera. Con esto se consigue que un palet con esta nueva botella (dependiendo de la configuración del mismo) llegue a pesar unos 60/70 kilos menos. Esta reducción en el peso, no sólo reduce el consumo de combustible de los camiones y embarcaciones que llevan nuestro producto por todo el mundo, sino que además requiere mucho menos energía producirlo.
Quizás una de las contribuciones más significativas a la innovación y al sostenimiento del medio ambiente, es la utilización de nuestro tapón Nomacorc, que no sólo es un simple tapón sintético. Después de varios años probando y trabajando mano a mano con nuestro proveedor, hemos conseguido ser de los primeros en emplear en el taponado de nuestras botellas, el primer tapón del mercado con huella de carbono “cero”: el tapón “verde” Nomacorc Select. De hecho, Bodegas Castro Martín fue la primera bodega en España que utilizó este tipo de taponado “ecológico”. El tapón Green Select, es completamente reciclable, pues está fabricado a partir de polímeros extraídos de la caña de azúcar.
La iluminación de toda la bodega también ha sido recientemente reemplazada por lámparas de bajo consumo – LED – y en varias zonas de la misma el encendido y apagado es controlado por sensores de movimiento.
Resumiendo, podrán apreciar que la “sostenibilidad” nos acompaña en todo el proceso de producción, desde el inicio hasta el final, en cada etapa del proceso de la producción de la uva y de su vinificación. En Bodegas Castro Martin (como productores socialmente responsables), es un compromiso, que nos tomamos muy seriamente, con el medio ambiente que nos rodea y al que dejaremos para las futuras generaciones.
Todos nuestros vinos son aptos para vegetarianos, ya que en todo el proceso de elaboración no se utiliza ningún producto de origen animal.